domingo, 29 de octubre de 2017

Una nueva técnica de edición genética corrige enfermedades en células humanas

CRISPR permite reparar mutaciones en el ARN relacionadas con anemia y diabetes

Feng Zhang trabaja en su laboratorio junto a la estudiante Silvana Konermann.
Feng Zhang trabaja en su laboratorio junto a la estudiante Silvana Konermann. MIT
Desde hace más de 3.000 millones de años, un sinfín de combinaciones y repeticiones de las mismas cuatro letras han bastado para dar lugar a todos los seres vivos del planeta. Los humanos somos los únicos que hemos desarrollado un cerebro capaz no solo de entender el funcionamiento básico de ese abecedario genético compuesto por las cuatro bases del ADN —adenina, guanina, timina y citosina, o A, G, T, C— sino reescribirlo gracias a la herramienta de edición genética CRISPR. Esta ya se ha aplicado para corregir defectos genéticos en embriones humanos y se está estudiando en pacientes con cáncer de pulmón y otros tumores.
Hoy se publican los detalles de dos nuevas versiones de ese editor de textos genético que perfeccionan la capacidad de los humanos para reescribir el genoma de los seres vivos sin introducir erratas que podrían generar mutaciones peligrosas.

El primer trabajo lo encabeza Feng Zhang, un investigador estadounidense de origen chino que fue el primero en aplicar el CRISPR en células de mamíferos y que actualmente es uno de los tres nombres más importantes en este campo, junto a las dos mujeres que desarrollaron la técnica, Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier. Los tres están involucrados en una batalla legal por controlar patentes sobre esta tecnología.
El equipo de Zhang en el Instituto Tecnológico de Massachusetts ha desarrollado una versión de CRISPR capaz de modificar el ARN, el ácido nucleico que lee y transcribe las instrucciones escritas en el ADN para sintetizar las proteínas. Todas las versiones de este intermediario genético también están hechas de cuatro letras, las mismas del ADN menos el uracilo (U) en lugar de timina (T). Estas letras siempre se juntan en pares de bases, la A con la T y la G con la C. Muchas enfermedades raras de origen genético se desencadenan por una sola letra de ADN mal situada en la secuencia.
La nueva herramienta puede permitir "tratar muchas enfermedades en prácticamente cualquier tipo de célula", dice Zhang
La edición genética se inspira en el rudimentario sistema inmune con el que algunos microbios guardan en su genoma fragmentos del genoma de virus como si fuera un retrato robot que les permite identificarlos y lanzar contra ellos unas enzimas que cortan el ARN viral y lo desactivan. Zhang y su equipo han descrito un nuevo grupo de estas enzimas presentes en bacterias del género Prevotella, que incluye microbios que normalmente viven en los intestinos y la vagina. Los investigadores han desactivado la capacidad de esas enzimas —las Cas 13b— para cortar el ARN y le han añadido otra proteína que cambia una base de adenina (A) por otra de inosina (I), que se lee como si fuera una guanina (G). Este nuevo sistema se pega selectivamente a secuencias determinadas de ARN y corrige una A por una G. Los cambios son solo temporales —duran lo que tarda el ARN en degradarse dentro de la célula— y reversibles, lo que no sucede con el CRISPR convencional que se aplica al ADN y que, una vez cambiado, se queda así para bien o para mal.
“Hasta ahora hemos conseguido desactivar genes, pero recuperar la función de las proteínas es mucho más complicado”, ha explicado Zhang en una nota de prensa de su institución. “Esta nueva capacidad de editar el ARN abre más posibilidades de reparar esas funciones y tratar así muchas enfermedades en prácticamente cualquier tipo de célula”, añade.
En su estudio, publicado en Science, los investigadores han usado su editor, denominado Repair, para corregir en células humanas mutaciones que causan anemia de Fanconi y un tipo de diabetes. El sistema tiene una tasa de éxito de entre el 20% y el 40% y el equipo ha reducido el número de erratas que introduce en el ARN de más de 18.000 a apenas 20.
El estudio “anticipa una serie de aplicaciones muy interesantes desde el punto de vista de la investigación básica, pero también su aplicación para tratar enfermedades congénitas, o para reproducir alelos, variantes protectoras de genes, por ejemplo corregir un oncogén mutado para evitar su activación y que lance la transformación tumoral”, considera Lluis Montoliu, investigador del Centro Nacional de Biotecnología (CSIC), que no ha participado en la investigación.
Ya es posible editar cualquiera de las cuatro letras del abecedario genético
Uno de los objetivos de Zhang es buscar nuevos tratamientos para las enfermedades mentales con una aproximación similar a la que se usa para el cáncer o las dolencias cardiovasculares. El problema es que el nivel de conocimiento de esas dolencias es aún mucho menor, como él mismo ha explicado. Su nueva creación podría ayudar a entender mejor el cerebro y su funcionamiento. “Por ahora esta sería la única herramienta para estudiar qué sucede cuando una base de adenosina se transforma en inosina y estos cambios están involucrados con el desarrollo del cerebro y la aparición del cáncer”, explica Marc Güell, experto en CRISPR e investigador de la Universidad Pompeu Fabra.
El segundo trabajo, publicado hoy en Nature, completa la caja de herramientas para modificar el ADN gracias a la primera versión de CRISPR capaz de transformar pares de bases de AT en GC, lo que permitiría corregir un cambio que es responsable de la mitad de todas las mutaciones patológicas conocidas, según el trabajo. Además, esta nueva versión de CRISPR reduce la tasa de errores introducidos en el genoma de forma involuntaria del 10% al 0,1%. Los investigadores han demostrado su nueva tecnología corrigiendo dos dolencias sanguíneas originadas por este tipo de mutaciones en células humanas. Gracias a esta nueva herramienta ya es posible editar cualquiera de las cuatro letras del abecedario genético.

martes, 17 de octubre de 2017

El ruido enferma y es un problema de salud pública

Una de cada cuatro personas en España están expuestas a altos niveles de contaminación acústica

Nube de contaminación sobre madrid desde la A-6, a la altura de Torrelodones. Ampliar foto
Nube de contaminación sobre madrid desde la A-6, a la altura de Torrelodones.  EL PAÍS
El ruido es uno de los factores ambientales más importantes a nivel de salud pública. A pesar de la evidencia emergente de estudios experimentales y epidemiológicos, los efectos del ruido sobre la salud han captado poco la atención y a menudo son ignorados.
El ruido se define como un "sonido no deseado". El tráfico rodado es la fuente de contaminación acústica más común tanto dentro como fuera de las ciudades, seguido de los trenes y los aviones. La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica el ruido del tráfico como el segundo factor medioambiental más perjudicial en Europa, detrás sólo de la contaminación atmosférica.
En 1999, la OMS recomendó que los niveles de ruido en el exterior durante el día no excedieran los 55 decibelios (dB). Diez años después recomendó además un valor máximo nocturno de 40 dB para prevenir efectos adversos sobre nuestra salud.
Hoy en día, en Europa, 100 millones de personas -una de cada cinco- están expuestas a niveles altos de ruido por el tráfico y 32 millones lo están a niveles muy altos. En España, los números son aún más elevados, con una de cada cuatro personas expuestas por encima de 55 dB.
Es bien sabido que la exposición a altos niveles de ruido puede causar efectos directos en la audición. Sin embargo, los niveles regulares de ruido ambiental también se han asociado con molestias, trastornos del sueño, problemas cognitivos y con enfermedades cardiovasculares, en particular la cardiopatía isquémica. Estudios recientes también sugieren que el ruido del tráfico podría estar asociado con la diabetes y la obesidad.
La carga de enfermedad provocada por el ruido en Europa es grande. La Agencia Europea del Medio Ambiente calcula que casi 32 millones de europeos sufren molestias por el ruido, 13 millones tienen trastornos del sueño y el ruido causa 72.000 hospitalizaciones y 16.600 muertes prematuras anuales. Además, un estudio reciente de ISGlobal estimó que más de 1.200 muertes prematuras en Barcelona eran atribuibles a la contaminación del aire y a los niveles de ruido. A su vez, un estudio posterior observó que el ruido del tráfico representaba el 36% de la carga total de la enfermedad debido a la planificación urbana y de transportes, un porcentaje más alto que el atribuible a la contaminación atmosférica.
El ruido puede afectar la salud a través de diferentes mecanismos biológicos. El estrés debido al ruido puede causar molestias mientras estamos despiertos, lo que puede afectar la calidad de vida, cambiar nuestro comportamiento y, por tanto, tener efectos en nuestra la salud. El estrés debido al ruido también puede conducir a reacciones fisiológicas como la liberación de hormonas y el aumento de la presión arterial que parecen ser particularmente importantes durante el sueño, incluso si no percibimos el ruido y no nos despertamos.
El ruido también puede afectar la salud a través de la alteración del sueño ya que afecta el metabolismo y, entre otros, interrumpe el metabolismo de la glucosa o desregula el apetito. Con una exposición a largo plazo al ruido, las diferentes reacciones del cuerpo humano podrían conducir a alteraciones crónicas. Esto explicaría, por ejemplo, la asociación entre la exposición a largo plazo al ruido del tráfico con las enfermedades cardiovasculares o los hallazgos recientes que lo asocian también con la diabetes y la obesidad.
En Europa, 100 millones de personas -una de cada cinco- están expuestas a niveles altos de ruido por el tráfico y 32 millones lo están a niveles muy altos
La Unión Europea se ha marcado como objetivo para el 2020 reducir la contaminación acústica hasta niveles cercanos a los recomendados por la OMS. Según la Directiva europea sobre el ruido, los estados miembros de la Unión Europea están obligados a notificar la exposición de las personas a la contaminación acústica en las poblaciones de más de 100.000 habitantes y a preparar planes de acción de mitigación. En Barcelona, el mapa de ruido se puede encontrar en la página web del ayuntamiento y la ciudadanía puede comprobar el nivel de ruido de su calle.
Ejemplos de planes de acción para mitigar el ruido son sustituir las calzadas de las carreteras por pavimento sonorreductor, limitar el flujo de tráfico o disminuir los límites de velocidad. La acción más eficaz para reducir la exposición al ruido es reducir o eliminar las fuentes de ruido. Tener acceso a una zona silenciosa para poder eludir el ruido es esencial. Por lo tanto, también es importante proteger estas zonas silenciosas ya existentes.
Se debe impulsar un cambio en la movilidad, pasar de los vehículos privados al transporte público y a la movilidad activa. Los espacios verdes también mitigan el ruido y proporcionan zonas silenciosas. Así, la planificación urbana puede desempeñar un papel importante para disminuir los niveles de ruido, pero también para reducir los niveles de contaminación atmosférica y promover estilos de vida saludables.

lunes, 9 de octubre de 2017

Las personas que no desayunan acumulan más grasa en las arterias

Un estudio español sugiere que saltarse el desayuno aumenta el riesgo de aterosclerosis

Un buen desayuno con café, zumo y un par de tostadas con tomate y aceite de oliva. WIKIMEDIA COMMONS / EPV
Desayunar solo un café, o menos del 5% de las calorías diarias (100 en una dieta de 2.000 calorías recomendadas) puede aumentar el riesgo de sufrir aterosclerosis, la acumulación de grasa en el interior de las arterias. Así lo afirma un estudio del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC) realizado en colaboración con el Banco Santander. La aterosclerosis, incluso cuando es subclínica —es decir, sin síntomas— puede ser causa de un infarto cerebral o cardíaco.
Los investigadores utilizaron una nueva tecnología de ultrasonido que produce ecografías muy precisas en 3D para medir la acumulación de grasa en las arterias de 4.000 personas sin aparentes problemas cardiovasculares. Los voluntarios, todos empleados del Banco Santander entre los 40 y 54 años de edad, también respondieron a un cuestionario detallado sobre su dieta durante los 15 días previos al estudio.
Basándose en estos datos, publicados en la revista del Colegio Americano de Cardiología (JACC), los investigadores determinaron que sólo un quinto de los participantes tomaba un desayuno copioso (más del 20% de las calorías diarias), mientras que el 3% no desayunaba o lo hacía mal, consumiendo menos del 5% de las calorías diarias. En el primer grupo, mostraron algún tipo de aterosclerosis subclínica unas 57 personas de cada 100, pero los casos aumentaron a casi 75 personas por cada 100 en el segundo grupo.
“Este estudio le da un barniz científico a nuestro dicho popular”, dice el cardiólogo Isidro Vila Costa, que no participó en la investigación: “Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo”.
Los resultados son independientes de otros factores de riesgo cardiovascular, como la obesidad, diabetes o hipertensión. Además, centrándose en la aterosclerosis subclínica generalizada —aquella que afecta al menos a cuatro de las seis arterias principales del cuerpo, y por tanto es más seria— la incidencia casi se triplica en las personas que salen de casa sin comer, comparada con la de aquellas que desayunan fuerte: pasa de un 10% de los casos a un 29%.
“Si uno no toma el desayuno, el reloj entra en un caos”, dice el investigador Valentín Fuster
Un buen desayuno pone en marcha el reloj biológico del cuerpo encargado de regular el hambre durante el resto del día. Al menos esta es la hipótesis que ahora barajan los autores del estudio. “Si uno no toma el desayuno, el reloj entra en un caos”, dice Valentín Fuster, principal autor del estudio, que también es director del CNIC y editor de JACC. “Comes más tarde e ingieres más calorías de las que deberías.” Esto podría explicar por qué también había más personas obesas o con colesterol elevado en el grupo que no desayunaba.
Antonio Bayés de Luna, un médico e investigador del Instituto Catalán de Ciencias Cardiovasculares (CSIC-ICCC) ajeno a este estudio, está de acuerdo con la explicación. “El reloj biológico es una realidad”, dice, señalando que esta semana sus descubridores se han llevado un Premio Nobel. Por eso él recomienda a sus pacientes desayunar bien y, además, con calma. “Hay que sentarse y tomarse entre 15 y 20 minutos”, dice.
El cardiólogo Antonio Bayés de Luna recomienda "sentarse y tomarse entre 15 y 20 minutos"
No obstante, el estudio del CNIC no establece si el desayuno repercute directamente en la obstrucción de las arterias. Puede ser que la costumbre de no desayunar venga ligada a un estilo de vida poco saludable, y por eso se observa la curiosa asociación entre el consumo calórico por las mañanas y la salud cardiovascular. En este caso, el no desayunar podría servir como un indicador para identificar a aquellas personas que necesitan hacer cambios más considerables en su estilo de vida, dice Vila Costa. El grupo de participantes que se saltaba el desayuno incluía, proporcionalmente, más fumadores y consumidores asiduos de alcohol y de carnes rojas o procesadas.
Aunque los resultados del estudio indican que quizá sea más importante cuándo comemos que lo que comemos, no basta con empezar a desayunar mucho para proteger las arterias, según Fuster. Los investigadores recomiendan un desayuno energético, pero también sano, que podría incluir un café con leche, una pieza de fruta o vaso de zumo, frutos secos y un par de tostadas con tomate y aceite de oliva. "Lo importante es la actitud de la persona, cuidarse o no cuidarse”, dice Fuster. Y añade que para cuidarse hay que evitar todos los demás factores de riesgo cardiovascular, como la inactividad, el tabaco o una dieta alta en grasas y azúcares.