Hallado otro posible ancestro de todos los humanos
Excavaciones en Etiopía desvelan una nueva especie de australopiteco que vivió en el mismo tiempo y lugar que 'Lucy', hace 3,5 millones de años
Hasta hace muy poco, la pregunta de cómo éramos los humanos antes de ser humanos tenía una respuesta clara: Lucy.
Así se llama al esqueleto de australopiteco más célebre por pertenecer a
la especie de la que proviene el género humano. Era un mono erguido que
no llegaba al metro y medio y con un cerebro tres veces más pequeño que
el nuestro, pero, era nuestro origen y por eso cobró fama hasta
convertirse casi en una estrella. Pero eso era hasta ahora, pues un
nuevo hallazgo acaba de confirmar que Lucy coexistió con otras
especies de homínidos que también podrían ser nuestros ancestros y cuya
simple existencia embarulla el árbol genealógico humano para hacerlo
mucho más creíble e interesante.
La nueva especie descubierta se llama Australopithecus deyiremeda
y acaba de ser presentada en sociedad por sus descubridores. Lo más
interesante de estos nuevos fósiles hallados en la región de Afar de
Etiopía, un maxilar y dos mandíbulas, es que tienen entre 3,3 y 3,5
millones de años, es decir, son coetáneos de la especie de Lucy, los Australopithecus afarensis.
Aún más interesante es que los restos se han hallado en Woranso-Mille, a
unos 30 kilómetros de distancia de donde vivían los afarensis.
La historia oficial decía que Lucy y los suyos
vivieron hace entre 3,7 y 3 millones de años. De su linaje brotaron dos
nuevas ramas, hace unos 2,5 millones de años. De una salió un homínido
con una imponente cabeza de gorila y enormes dientes para triturar
alimentos muy duros: el parantropus. En la otra estaban los primeros
miembros del género Homo. Mientras los parantropus se extinguieron, la
segunda rama, la humana, experimentó una auténtica explosión de formas y
especies que cohabitaron durante miles de años y de la que los Homo sapiens somos los únicos descendientes vivos.
La existencia de esta nueva especie hallada en Etiopía y descrita hoy en la revista científica Nature
redibuja ese árbol clásico y le pone al menos dos ramas iniciales. “Es
tan probable que esta nueva especie sea el ancestro del género Homo como
que lo sea Lucy”, explica a Materia el
paleoantropólogo etíope Johannes Haile-Selassie, jefe de las
excavaciones e investigador del Museo de Historia Natural de Cleveland
(EEUU). No es la primera vez que se sugiere, en contra el dogma, que
hubo varias especies que coexistieron en África en el mismo tiempo,
todas con posibilidades de ser nuestro ancestro. Ahí está el Kenyanthropus platyops,
una mezcla de humano y australopiteco que vivió en Kenia y cuyo fósil
sigue sin ser aceptado por buena parte de los científicos por estar muy
deformado. Hace unos días un estudio mostró que este homínido pudo desarrollar las primeras herramientas de piedra -una tecnología que se pensaba únicamente humana- 700.000 años antes que nuestro género Homo.
En Sudáfrica, un nuevo análisis de otro fósil excepcional conocido como Little Foot demostró en abril que esta especie también fue coetánea de Lucy.
Ya en 2012, el propio Haile-Selassie encontró en Etiopía un pie fósil
de hace 3,4 millones de años que no era nada parecido al de los
afarensis, pero no le bastó para probar que tenía una nueva especie
entre manos. Ahora está convencido de que su Australopithecus deyiremeda
prueba que el mosaico de formas con que la evolución genera nuevas
especies y géneros estaba representado en Etiopía con al menos dos
australopitecos coetáneos que anticipaban a su manera a los humanos. “La
cara y la estructura de la mandíbula de esta nueva especie son más
evolucionadas que Lucy”, resalta el experto. Sin embargo, “sus
caninos superiores parecen más primitivos”. En el estudio también ha
participado Luis Gibert, geólogo experto en datación de la Universidad
de Barcelona. Gibert colabora desde 2010 en las excavaciones de
Woranso-Mille y ha sido responsable responsable de la contextualización cronoestratigráfica y sedimentológica de los fósiles encontrados.
Investigadores ajenos al estudio reconocen que este y otros
trabajos le dan un revolcón a la evolución humana clásica. “En mis
clases siempre digo que Lucy es el mejor candidato a ser el
ancestro de los humanos, pero ahora ya no lo sabemos”, reconoce Carlos
Lorenzo, paleoantropólogo y profesor de la Universidad Rovira i Virgili
de Tarragona.
El nuevo árbol de familia que dibujan estos hallazgos tiene
muchas más ramas, es mucho más tupido y se parece más a lo que vemos en
cualquier otra parte del reino animal. Lo raro eran los linajes
lineales que más parecían de reyes godos que de especies. De este nuevo
estudio Lorenzo destaca la mezcla de rasgos humanos y australopitecos
que tiene el deyiremeda y resalta que esa misma mezcla es la que se
observaba en los restos del humano más antiguo hallado hasta ahora,
precisamente en el yacimiento de Ledi-Geraru, a unas pocas decenas de
kilómetros de donde ha aparecido este nuevo australopiteco.
Fred Spoor, investigador del Instituto Max Planck de Biología Evolutiva, apunta en Nature que posiblemente fuera esta nueva especie la que desarrollara esas primeras herramientas líticas encontradas en Kenia.
Ahora Haile-Selassie quiere volver al yacimiento etíope en
busca de nuevos especímenes para estudiar si aquel pie primitivo, con
pulgar oponible como el de un chimpancé, perteneció a la misma especie
recién descubierta. Esos pies, señala, no son de australopiteco, sino de
Ardipithecus ramidus, otra especie más antigua que vivió hace
4,4 millones de años también en Etiopía y que pudo ser el origen de los
australopitecos y los humanos. Demostrar que tuvo esos dos rasgos tan
diferentes “sería fascinante”, resalta Haile-Selassie, relamiéndose con
darle otra sacudida a nuestro árbol de familia.