miércoles, 20 de mayo de 2015

Así es la vida a 6.000 metros de profundidad

Una expedición recorre las profundidades del mar Caribe con un dron submarino

El dron de la NOAA realizó una decena de inmersiones.


Las profundidades del mar son la última frontera. Hay quienes dicen que los humanos solo conocen un 5% de los océanos. Ese porcentaje ha aumentado un poco tras la expedición Océano Profundo (así, en español) que han llevado a cabo científicos de EE UU en el Caribe. Usando un dron submarino han mapeado la fosa de Puerto Rico y buena parte de la vida que hay ahí abajo.
A pesar de la imagen idílica que transmiten las agencias de viajes sobre el Caribe, es una de las zonas donde las fuerzas de la Tierra están librando una de sus titánicas luchas. No se trata de los huracanes que cada verano y otoño castigan la zona, sino de lo que pasa en las profundidades. Allí se encuentran la placa tectónica del Caribe con la placa Norteamericana. Mientras una empuja hacia el este, la otra lo hace hacia el oeste. Más tarde o más temprano, habrá allí un gran terremoto. De hecho, las islas caribeñas son el fruto de esa eterna pelea.
Sin embargo, los fondos marinos del Caribe más profundo están entre las zonas más desconocidas del planeta. Por no haber, no hay ni mapas. Para acabar con esa ignorancia, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE UU (NOAA) impulsó la expedición Océano Profundo 2015. Durante casi tres meses mapearon primero y exploraron después las costas que rodean Puerto Rico y las Islas Vírgenes, ambos territorios estadounidenses.
"Puerto Rico está sobre una gran falla entre las placas tectónicas del Caribe y Norteamericana. Forma parte del mismo sistema de fallas que provocó el gran terremoto de Haití hace unos años. El objetivo de la expedición es mapear el lecho marino en un esfuerzo para entender mejor el riesgo de terremotos alrededor de Puerto Rico", decía el geólogo Michael Cheadle, uno de los científicos que se iba a embarcar en el navío científico Okeanos Explorer días antes de iniciar la aventura.
El mapa muestra las zonas a explorar por el dron. El color marca la profundidad. / NOAA
En una primera fase, los científicos querían lograr la batimetría (topografía submarina) más completa de la zona. Allí se encuentra la fosa de Puerto Rico que, con sus más de 8.000 metros, es la más profunda del océano Atlántico. Pero también hay extensas llanuras, valles y altas montañas submarinas, muchas de ellas de origen volcánico o tectónico.
Con los mapas de la zona, en abril llegó la segunda parte de su misión: explorar la vida submarina de las profundidades. Y lo hicieron estrenando un dron que operaban desde el Okeanos. Es toda una maravilla de la técnica. Con sofisticadas máquinas y cámaras, pudo rastrear toda la zona. Conectado a internet, científicos de todo el mundo y cualquier internauta podían acompañarle en su travesía en cada una de sus inmersiones. El aparato llegó a sumergirse en lo más profundo de la fosa de Puerto Rico, llegando hasta algo más de 6.000 metros antes de que lo tuvieran que subir porque corrían el riesgo de perderlo para siempre.
Océano Profundo grabó en su entorno a decenas de especies de peces, corales, medusas... Los investigadores creen que localizaron al menos a un par de ellas desconocidas para la ciencia, pero tienen que revisar el material para confirmarlo. Aún así, encontraron mucha de la vida submarina que muy rara vez los humanos pueden ver, como el pez que camina (chaunax), el Grimpoteuthis o pulpo dumbo,  el fantasmagórico pez lagarto de las profundidades, un ejemplar de los extraños foraminíferos, un organismo de otro tiempo capaz de generar luz propia...
El dron submarino llegó a descender 6.000 metros.

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