martes, 17 de febrero de 2015

Pseudociencia sin carta de ajuste

Los expertos denuncian la falta de filtros para evitar que consejos e informaciones sin rigor científico se cuelen en la televisión pública


Promoción de falsos remedios en La 1.

Estos días, cuando en EE UU brota de nuevo el sarampión por culpa de algunos padres que se niegan a vacunar a sus hijos, surge la pregunta: ¿cómo se llegó a un punto en que se anteponen falsas creencias a la salud pública? Como toda cuestión compleja, no tiene respuesta sencilla. Y entre todos los factores que influyen en un desastre sanitario como ese también aparece la responsabilidad de los medios. Los expertos denuncian que algunos dieron voz a los falsos expertos, y otros puede que no lograran ser impermeables a los mensajes confusos o no supieron presentar batalla ante un fenómeno que podía provocar que resurgiera esta enfermedad.
Se nos olvida que todavía hay mucha gente que se cree lo que ve en televisión", ironiza José Antonio Pérez
En España, estos días las quejas se centran en el espacio Saber vivir de La 1 —incluida la de la Organización Médica Colegial (OMC)—por deslizar mensajes carentes de rigor científico en un espacio matinal dedicado a la salud que ven cientos de miles de espectadores. En uno de los ejemplos más claros, esta sección se empeña en recomendar una y otra vez el uso de homeopatíaun sistema de medicina alternativa desacreditado por la falta de evidencia científica que sostenga sus afirmaciones. Anteriormente, también en la cadena pública, se colaron espacios en los que se alarmaba a la población con falsos peligros sobre las radiaciones de las redes WiFi, se aseguraba que hay dietas que curan el cáncer y se daba voz a una tertulia de curanderos. Todo esto ha motivado una protesta dirigida a la dirección del ente público por "promocionar la seudociencia".
"Se nos olvida que todavía hay mucha gente que se cree lo que ve en televisión", ironiza José Antonio Pérez, director del último programa de ciencia que ha estrenado La 2, Órbita Laika. "Eso tiene mucho peligro, porque llega a los más vulnerables. Estoy seguro de que cuando aparecen estos mensajes en programas y magacines no se hace con mala intención, pero se debe corregir", asegura. Para Pérez, que también dirigió en la cadena pública vasca un programa para combatir las seudociencias, el problema es que dependa de la sensibilidad del director o el productor de turno: "Yo no llevaría a mis hijos al homeópata y no les saco en mis programas; a lo mejor el director de otro programa sí cree en estas cosas y sí lo incluye".
Desde su punto de vista, el problema es la falta de controles y de filtros, más en un medio que tiene como principal objetivo el servicio público. "La tele es un monstruo al que alimentar permanentemente; se hace una pieza de un minuto sobre esto y sobre lo otro y a otra cosa. Cuando se mete la pata, no invalida el trabajo anterior, pero hay que asumir que es un error y pedir disculpas", reclama, "para no confundir a la gente".
El Telediario y el 'New York Times' han recibido críticas por informar sobre el brote de sarampión con equidistancia
En el último episodio de protestas contra Saber vivir, la respuesta del programa y del Defensor del Espectador ha sido no dar respuesta, provocando la frustración y la indignación de estos televidentes. Este periódico trató de obtener alguna explicación del Defensor pero el director de relaciones con los medios de RTVE, Carlos Garrido, lo zanjó con un "no se va a hacer ninguna respuesta más al respecto". En la actualidad, el Defensor es Ángel Nodal pero la reacción ante estas críticas fue la misma con sus predecesores: dejar que el programa se defienda en los mismos términos en los que se cometió el error.
El martes 10 de febrero, en la segunda edición del Telediario, una información (45:00) sobre el brote de sarampión en EE UU daba voz a un apologeta del colectivo antivacunas y a una madre que había decidido no vacunar a su hijo, que explicaban sus razones, en contraposición a un médico y a una madre que sí vacunaba. Este ejemplo de "falsa equidistancia" entre detractores y partidarios —que no se suele dar en informaciones sobre temas como el yihadismo o la drogadicción— provocó de nuevo la indignación de los activistas que habían promovido la queja contra RTVE. En España hubo 300.000 casos de sarampión en 1983 y unos 150 en 2014 gracias a las vacunas; si no hay debate, no cabe equidistancia.
Los espacios de promoción de la ciencia suelen estar en cadenas públicas y financiadas con apoyo público"
Precisamente, la defensora del lector del New York Times, Margaret Sullivan, tuvo que responder a las críticas a su diario por presentar ese falso equilibrio en sus informaciones sobre el brote de sarampión y las mentiras de los grupos antivacunas: "Dejar clara la verdad establecida —aunque parezca repetitivo o innecesario— es una necesidad, especialmente en temas tan importantes como la salud pública. Es una de las mejores maneras de evitar ese periodismo de 'él dijo, ella dijo' que los lectores comprensiblemente aborrecen", reconoció Sullivan.
"El Defensor debería ser un filtro, de los pocos que hay. Pero ya hemos visto que en España no funciona", critica Sergi Cortiñas, profesor de la Universidad Pompeu Fabra que estudia la presencia de los reclamos seudocientíficos en los medios de comunicación. Cortiñas alude a las críticas que recibió el Defensor de los Lectores deLa Vanguardia, Josep Rovirosa, después de recibir una queja formal de la Asociación Española de Comunicación Científica por la secciónLa Contra, en la que habitualmente se cuelan charlatanes de todo tipo. Su respuesta, que los lectores saben discernir entre el conocimiento científico y las "opiniones de personajes".
"Hay distintos tipos de gravedad de las seudociencias: hay juegos, como la astrología, con peligro moderado; y hay temas médicos, en los que es más grave porque se está poniendo en riesgo la salud pública", razona. En sus estudios ha comprobado que el único freno de estos mensajes es el periodista en la trinchera, que muchas veces siente impotencia porque sus jefes desconocen este problema y convierten los medios en "coladeros". "Muchos jefes responden ante esto diciendo que es un mal menor, que las opiniones son libres, que aportan pluralidad, o que el espectador ya sabe diferenciar. Nada más lejos de la realidad", denuncia Cortiñas.
La OMC reclama que los facultativos no ofrezcan remedios "carentes de base científica y que prometen a los enfermos la curación"
Pablo Francescutti ha realizado varios estudios sobre cómo tratan la ciencia y la salud los medios españoles y también coincide en que la formación de los periodistas, incluso los no especializados, es la clave para evitar problemas: "Es el mejor modo de tener a las redacciones en alerta". En su trabajo ha comprobado que las terapias alternativas no suelen pasar el filtro en los informativos, pero se ceban en espacios de salud y magacines de "infoentretenimiento", como el programa que engloba Saber vivir. "El porcentaje de seudociencia en las noticias es ínfimo, no cuela. La noticia médica es, por fortuna, de medicina científica", afirma Francescutti. En su estudio sobre información sanitaria se concluye por tanto que "la población acude a las medicinas alternativas en una medida mucho mayor a la sugerida por los informativos".
En este sentido, José Antonio Pérez lamenta que programas con mayor impacto que el suyo no cuenten con expertos para asesorar convenientemente a los periodistas que lo realizan. Sin embargo, enSaber vivir los contenidos los escoge un periodista especializado en salud con 30 años de experiencia, según RTVE, y cuentan con la colaboración de numerosos médicos especialistas y farmacéuticos. El problema estaría, por tanto, en el criterio que lleva a elegir expertos titulados que coquetean (o no combaten) determinados productos ajenos a la ciencia que salva vidas.
De ese equipo formó parte el actual director general de Atención al Paciente de la Comunidad de Madrid, Julio Zarco, que no ha querido responder a las preguntas de este diario y que se remite a lo que dejó escrito en su blog: "Algunos compañeros de la profesión critican que [en Saber vivir] se brinda mucho espacio a medicinas alternativas, como la homeopatía y la fitoterapia. Puedo asegurar que no hay interés económico por medio, o al menos yo no lo he evidenciado, y sí el intento de dar respuesta a un interés cada día más creciente sobre la medicina no alopática o no convencional". Del mismo modo, la farmacéutica del programa se defendía diciendo que son productos que están "en la calle". Hace apenas un año, la OMC reclamaba que los facultativos no ofrezcan remedios "carentes de base científica y que prometen a los enfermos la curación".
Hay distintos tipos de gravedad: hay juegos, como la astrología, y temas médicos que son más graves porque se pone en riesgo la salud pública", advierte Cortiñas
Es difícil saber si la presencia de las seudociencias en los medios de comunicación ha crecido, porque no es un fenómeno fácil de estudiar: cada vez hay más medios y cada vez se emiten y publican más cosas, buenas y malas. Pérez considera que los medios "jamás han sido tan rigurosos y cada vez lo son más", algo que avalan los datos de Francescutti sobre informativos, aunque este experto asegura que es casi imposible saber cuál es la tendencia. La noción de Cortiñas, a partir de sus entrevistas con periodistas científicos es que, si no crece, cuando menos se mantiene la cantidad de seudociencia con espacio en televisiones, radios, revistas y diarios.
Lo cierto es que fue en la televisión pública donde se hizo famoso Fernando Jiménez del Oso y su heredero catódico, Iker Jiménez, tiene su programa en la televisión privada. Y precisamente compitiendo en franja horaria con Órbita Laika en La 2, un programa impulsado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt), del Ministerio de Economía. "Los espacios de promoción de la ciencia suelen estar en cadenas públicas y financiadas con apoyo público, como la Fecyt", resume Francescutti. Lo que no impide que, como sucedió en Telemadrid, una cadena pública pagara en fechas recientes programas de esoterismos comoRastreadores de misterios.
¿Qué filtros deberían usar —al menos— los medios públicos para evitar estos problemas? Formación de los periodistas, defensores que escruten el rigor de las informaciones y códigos deontológicos que establezcan unas líneas claras que exijan informar sobre salud con rigor científico, dicen los expertos. Y sensibilidad para escuchar a los espectadores, cuando organizan una protesta a través de internet. "Cuando te equivocas, hay una fuerte reacción en las redes. Antes la gente no tenía voz, ahora tienes que atender a esas críticas", zanja José Antonio Pérez.


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